esos días donde no quiero pertenecer. donde lo salado pasa a estar del otro lado y caigo aquí. me dejo hundir en este mar, donde los pensamientos son cada vez más oscuros. la presión más alta. donde la sal, nuevamente (pero desde el otro lado esta vez) me da sed... después viene el cansancio y doy la vuelta.
la diferencia es que este lado, al cual hoy pertenezco, cansa más rapido. dura menos. ... este es el punto, entonces, donde mi mirada me hace dar cuenta de que acabo de dar la vuelta y estos primeros segundos son los más lejanos al próximo encuentro con el mar que dejé recién.
no pretendo que entiendan.